lunes, 3 de junio de 2013

Kume

El lunes pasado mi novia me prestó Los días del Venado, el primer libro de la saga de los Confines de Liliana Bodoc, saga que me debía desde que un compañero de 7° grado me la recomendó allá por el 2003. Debo decir que hacía rato que no me enganchaba así con un libro; tanto me enganché que para la noche del martes ya lo había terminado y ayer empecé con Los días de la Sombra, la segunda entrega de la trilogía - calculo que tiene que ver con que la prosa de Bodoc, sin perder la belleza, es muy fácil de leer. La saga cuenta una historia análoga a la de la colonización de América, con unos barcos que vienen del otro lado del mar para iniciar una guerra de conquista por las Tierras Fértiles, pero en clave fantástica a lo Tolkien, como si al creador de la Tierra Media se le hubiera ocurrido, en vez de utilizar las sagas nórdicas, nutrir su obra con los mitos y leyendas de las culturas originarias de nuestro continente. "Han zarpado unas naves. La Magia de las Tierras Fértiles percibe confusas señales en ellas, noi logra descifrar si debe recibirlas con la alegría del reencuentro o con la tristeza de las armas. Nada saben de la terrible amenaza que se cierne sobre el continente.", reza en la contratapa. Hay varias vueltas de tuerca interesantes - entre ellas una relacionada con la supervivencia del personaje que se perfila como protagonista en este primer libro -, y un final del tipo "por ahora todo bien, pero guarda que esto sólo fue el preanuncio de la que se viene..."

Un personaje que no aparece mucho en el libro pero al que le tomé cierto cariño es Kume, el segundo hijo de Dulkancellin (el malogrado protagonista de este primer volumen), un joven introvertido y reflexivo, que a raíz de un acto egoísta es despreciado por su padre y despojado de su honor. A partir de allí, todas sus acciones parecieran indicar que se pasó al bando enemigo, sólo para desmentirlo todo en su escena final. Ese sentimiento de estar permanentemente en falta y esa necesidad de remediar el daño causado, aún a costa de la propia vida, le dan un magnetismo especial a este personaje; al menos eso fue lo que me atrajo de él. Así que acá va este pequeño tributo.

A propósito, los hombres del pueblo de Kume y Dulkancellin - los husihuilkes - en realidad andan en cuero, pero eso lo aclara recién en el segundo libro, que no había leído todavía cuando hice este dibujo xD Pensé que, ya que vivían en una región de bosques australes muy cerca de las montañas, seguramente se trataba de un clima frío, por lo que debían llevar algún tipo de abrigo, incluso en verano, pero parece que ni eso necesitan.

2 comentarios:

  1. Gracias Niko!! Genial Dibujo !!! ahora Kume tiene rostro.. siempre soñe con hacer la peli de esta saga!!.. o que alguien haga la pelicula! jajaj

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  2. La verdad es que Los días del Venado me gustó mucho más que sus continuaciones, no sé, como que después la historia se disipa en otra cosa.

    Pero, sobre gustos, etc.

    Saludos

    J.

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