domingo, 16 de junio de 2013

Homenajes de memoria

Una serie de pequeños homenajes a personajes de la historieta argentina (y no tanto), hechos de memoria en la última hoja de un cuaderno. A Salvo lo tuve que redibujar porque me había quedado con el pelo muy largo.

lunes, 10 de junio de 2013

Caminar

Esta historieta fue dibujada en agosto del 2011, aunque el lay-out estaba desde marzo. La idea surgió en un momento en que me sentía muy mal conmigo mismo, la idea que más me rondaba era esa metáfora de "haber perdido el tren de la vida" (por eso transcurre en una estación de tren). Aún hoy, cuando vuelvo a tener esa sensación de pérdida,vuelvo a releerla para recordar que hay que esforzarse y avanzar en lo que uno busca aunque parezca que todos los caminos están cerrados.

En cuanto a la parte formal, básicamente es un experimento narrativo: traté de generar, sin que mediara ningún texto, las mismas sensaciones por las que pasaba al momento de planearla. Para eso, me inspiré en el cine de Sergei Eisenstein (en concreto Octubre y El acorazado Potemkin, las dos películas suyas que he visto hasta ahora) y la idea del "montaje de atracciones", es decir mostrar imágenes aparentemente inconexas que yuxtapuestas generan una idea. No sé si el resultado está logrado, pero en lo personal, es mi historieta preferida hasta la fecha.

Esta historia salió publicada en el número de febrero de 2012 de Papel Fanzine



PD: Por si alguien no se avivó, la estética del blog está inspirada en esta historieta.

sábado, 8 de junio de 2013

Desde el Urquiza de Flores

En honor a la reciente presentación de Purple Comics, publico este dibujo de un personaje que bien podría haber formado parte del mundo de Yo Nen, de Lea Caballero. Estudiante del Justo José de Urquiza de Flores y fanático de la música alemana. Nótese el logo de Rammstein mal hecho debido a una mala pasada de mi memoria visual (y a que no tenía una computadora con internet cerca para fijarme... y a que no conozco mucho de la banda).

lunes, 3 de junio de 2013

Kume

El lunes pasado mi novia me prestó Los días del Venado, el primer libro de la saga de los Confines de Liliana Bodoc, saga que me debía desde que un compañero de 7° grado me la recomendó allá por el 2003. Debo decir que hacía rato que no me enganchaba así con un libro; tanto me enganché que para la noche del martes ya lo había terminado y ayer empecé con Los días de la Sombra, la segunda entrega de la trilogía - calculo que tiene que ver con que la prosa de Bodoc, sin perder la belleza, es muy fácil de leer. La saga cuenta una historia análoga a la de la colonización de América, con unos barcos que vienen del otro lado del mar para iniciar una guerra de conquista por las Tierras Fértiles, pero en clave fantástica a lo Tolkien, como si al creador de la Tierra Media se le hubiera ocurrido, en vez de utilizar las sagas nórdicas, nutrir su obra con los mitos y leyendas de las culturas originarias de nuestro continente. "Han zarpado unas naves. La Magia de las Tierras Fértiles percibe confusas señales en ellas, noi logra descifrar si debe recibirlas con la alegría del reencuentro o con la tristeza de las armas. Nada saben de la terrible amenaza que se cierne sobre el continente.", reza en la contratapa. Hay varias vueltas de tuerca interesantes - entre ellas una relacionada con la supervivencia del personaje que se perfila como protagonista en este primer libro -, y un final del tipo "por ahora todo bien, pero guarda que esto sólo fue el preanuncio de la que se viene..."

Un personaje que no aparece mucho en el libro pero al que le tomé cierto cariño es Kume, el segundo hijo de Dulkancellin (el malogrado protagonista de este primer volumen), un joven introvertido y reflexivo, que a raíz de un acto egoísta es despreciado por su padre y despojado de su honor. A partir de allí, todas sus acciones parecieran indicar que se pasó al bando enemigo, sólo para desmentirlo todo en su escena final. Ese sentimiento de estar permanentemente en falta y esa necesidad de remediar el daño causado, aún a costa de la propia vida, le dan un magnetismo especial a este personaje; al menos eso fue lo que me atrajo de él. Así que acá va este pequeño tributo.

A propósito, los hombres del pueblo de Kume y Dulkancellin - los husihuilkes - en realidad andan en cuero, pero eso lo aclara recién en el segundo libro, que no había leído todavía cuando hice este dibujo xD Pensé que, ya que vivían en una región de bosques australes muy cerca de las montañas, seguramente se trataba de un clima frío, por lo que debían llevar algún tipo de abrigo, incluso en verano, pero parece que ni eso necesitan.